En 1939 la guerra civil europea interrumpida veinte años atrás va a reanudarse. Pero ahora, a los conflictos nacionalistas entre las potencias se le añaden los conflictos ideológicos, consecuencia de los distintos proyectos totalitarios que han surgido en los últimos años. Se oponen unos a otros radicalmente (aunque el rechazo absoluto enmascara en ocasiones una llamativa coincidencia de métodos). Con frecuencia pesa más en la conducta ser anti- aquellos que se perciben como enemigos: antiliberal, anticomunista, antifascista.
Pero, además, la nueva guerra converge con la guerra del Pacífico, iniciada con anterioridad. Y cuando el enfrentamiento se extienda por gran parte del mundo, una consecuencia será la proliferación de auténticas guerras civiles en el interior de cada país ocupado: ante cada ejército extranjero que ocupa un territorio, las sociedades se dividen profundamente entre los que le consideran un enemigo conquistador o un amigo libertador.
La Segunda Guerra Mundial terminará en 1945, pero configurará un mundo profundamente dividido que ha aceptado en buena medida la deshumanización del contrario, percibido como mal absoluto y que, por tanto, merece cualquier respuesta o ataque siempre justificado como defensa propia.
PLAN DE TRABAJO
Plana 46 izquierda. Elabora el habitual Guión-indice del tema.
Plana 47 izquierda. Copia las cláusulas secretas del Pacto de no agresión entre Alemania y la URSS, y coméntalo en relación con el siguiente chiste, del que es conveniente incluir una miniatura:
Herbert Block, Little Goldilocks Riding Hood (1939) |
Plana 47 derecha. Completa, rotula y colorea el mapa de la guerra en Europa entre 1939 y 1941. Utiliza el Atlas Histórico.
Plana 48 izquierda. Completa, rotula y colorea los otros dos mapas de la guerra en Europa entre 1942 y 1945. Puedes descargarlos aquí, y debes utilizar el Atlas Histórico.
Plana 49 izquierda. Completa, rotula y colorea los dos mapas de la guerra en Asia y el Pacífico. Puedes descargarlos aquí, y debes utilizar el Atlas Histórico.
Planas 50 y 51 izquierda. Numerosos intelectuales de la época observaron los devastadores efectos de la guerra, y no sólo por las ingentes destrucciones de vidas humanas y de recursos, sino también por la profunda deshumanización de las conductas en todos los países combatientes. J. R. R. Tolkien, participante forzoso de la Primera Guerra Mundial, lo expresa en algunas de las cartas que escribe a sus hijos, movilizados en la Segunda. Jorge Luis Borges, desde Argentina, muestra una visión profundamente desesperanzadora sobre los resultados de la guerra en su relato de ficción Deutsches Requiem. Elabora un Informe sobre las consecuencias deshumanizadoras de la contienda a partir de ambos textos, y de cualquier otra fuente de información.
Floc'h & Rivière, Underground, Paris 1996 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario