En 1914 va a saltar por los aires todo un mundo, el surgido con las revoluciones liberales. Era un mundo eurocéntrico, orgulloso de sus logros económicos, políticos y culturales. Además, tras las durísimas guerras napoleónicas, era un mundo aparentemente pacífico: se producían conflictos internos y externos, revoluciones y guerras, pero sus consecuencias desastrosas solían estar limitadas en el espacio (un país concreto) y en el tiempo (una breve duración). Por otra parte, la opinión pública europea y americana no solía ser consciente de las tremendas tragedias que el imperialismo occidental provocaba en otras partes del mundo...
Todo ello produjo en estas sociedades la generalización de un auténtico complejo de superioridad, la certeza de estar viviendo la época más espléndida de la historia de la Humanidad: cada vez se vivía mejor, el nivel de vida crecía para todas las capas sociales, las costumbre se hacían más pacíficas y humanitarias, los inventos y los adelantos técnicos se producían constantemente, y había una confianza ciega en un progreso ilimitado que en poco tiempo afectaría a toda la población mundial.
Pero al mismo tiempo los países eran cada vez más nacionalistas, con una visión exclusivista de sus propios logros, de su propia cultura, de sus propios derechos a una posición prominente entre las demás naciones. Y las contrariedades o los fracasos pasaron a ser vistas como obra de los envidiosos-taimados-malvados estados rivales. Así, una parte significativa de los cada vez mayores recursos de los que se disponía se dedicaron a reforzar sus fuerzas armadas: ejércitos cada vez más numerosos (gracias al servicio militar obligatorio) y con un poder destructivo incomparable (gracias a la revolución tecnológica). El militarismo es el resultado de ello.
Pues bien, cuando se inició la guerra, aparentemente nadie fue consciente de lo que iba a ocurrir: el entusiasmo popular fue grande en todos los países, aunque duró poco. Pronto se advirtió que la Gran Guerra (como se la llamó) había acabado con muchas cosas además de con la paz, y entre ellas con la confianza en el progreso. El futuro pasó a ser visto como una amenaza, y para conjurarla se acudió a ideologías que proponían soluciones drásticas al desastre del presente: ahí está el germen de los muy cercanos totalitarismos.
Por entonces, un joven soldado forzoso inglés aprovechará los momentos de descanso en las inhumanas trincheras para pergeñar sobre el papel los primeros trazos de un inhóspito mundo imaginario poblado de seres de todo tipo en constante lucha bajo la ominosa presencia de un mal absoluto. El escritor en ciernes se llamaba J. R. R. Tolkien, el mundo que comenzaba a crear se convertirá en la Tierra Media, y años después publicaría El Señor de los Anillos.
Como en los anteriores temas, quizás te sirva de ayuda la presentación que utilizamos en clase, y que puedes descargar aquí.
PLAN DE TRABAJO
Plana 31 izquierda: Índice-esquema del tema.
Plana 32 izquierda: Reacciones ante el inicio de la guerra. Lee estos dos textos, de Ernst Jünger (alemán) y de Stefan Zweig (austríaco), en los que narran su respectiva reacción ante el estallido de la guerra. Sintetízalas, destaca las semejanzas y las diferencias entre las dos percepciones, e intenta explicarlas desde el punto de vista histórico. Te puede servir de ayuda informarte sobre cada uno de ellos, su edad, su procedencia, dedicación, etc.
Plana 32 derecha: Rotula y colorea el mapa de Europa antes de la Primera Guerra Mundial.
Plana 33 izquierda: Rotula, colorea y completa el mapa de la Primera Guerra Mundial.
Plana 34 izquierda: Observa con detenimiento los carteles de la pantalla 14 de la presentación. Observa el modo por el que se transmite su mensaje, busca semejanzas y diferencias entre ellos (sin tener en cuenta el país a que pertenecen), y con todo ello elabora un informe sobre La propaganda de los Estados en la Primera Guerra Mundial.
Plana 35 izquierda: Rotula, colorea y completa el mapa de Alemania tras el Tratado de Versalles.
Plana 36 izquierda: El trato a Alemania en Versalles. Comenta desde el punto de vista histórico este texto de John Maynard Keynes, en el que juzga la actitud de los países aliados en la Conferencia de París, a la que asistió como miembro de la representación británica. Procede de su libro Las consecuencias económicas de la paz que, si lo deseas y te interesa, puedes consultar aquí.
Plana 36 derecha: Rotula y colorea el mapa de Europa después de la Primera Guerra Mundial.
Plana 37 izquierda: Rotula, colorea y completa el mapa de la crisis de la democracia en la Europa de entreguerras.
Plana 38 izquierda: Groucho Marx fue un importante humorista en teatros y pantallas norteamericanas de la época. En su autobiografía dejó esta divertida, personal y amarga visión, del proceso que llevó al crack de la Bolsa de Nueva York, que inicia la denominada Gran Depresión. Resume y explica (desde el punto de vista de la historia) este texto.
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